viernes, enero 07, 2011

Alguna Carta de Amor


Incendias cada pensamiento.

Cada día que ha pasado de estos meses que llevamos juntos, que hablamos, que compartimos, en los que oramos juntos a Dios pidiendo por nosotros, por nuestro amor, han sido de una belleza indescriptible, como te repito adoro cada momento, todo entre nosotros es especial, que busques mi atención, que digas mi nombre, que uses palabras de cariño y estoy tan enamorado de ti y con tan poco en comparación a lo que nos espera juntos.

Me tomaste de la mano y me mostraste que había máscreíste en mi, diste valor a mis sueños, dejaste que fuera autentico contigo, viendo a través de cada una de las mascaras que acostumbraba llevar y que cayeron irremediablemente ante ti.

Es hace mucho tiempo que no escribo y cuando lo pienso me sorprenden los tantos motivos que tengo para si hacerlo, tantos pensamientos y la increíble musa que me tomaría una vida inventar, agradecer, terminar de amar, te quiero como a la que siempre quise aunque supe solo parcialmente como serias, cuanto me gustarías en todas tus formas, colores y cuanto aun estando tan lejos brillas en mi mente, en mi corazón; repoblaste los jardines que había abandonado, le diste un rostro a la mujer con la que quiero siempre vivir, por la que quiero vivir, bien, feliz, en Dios.

Nos imagino sonriéndonos para regalarnos alegría, disfrutando de la vida de formas que ya todos han olvidado o empezaron a considerar superfluas, bailando repentinamente en lugares donde el mundo se desvanecería a nuestro alrededor, disipándose en colores irreales, porque ahí, frente a mis ojos, entre mis brazos, esta toda la realidad que necesito.

Repitió en su mente las últimas palabras, le seguían dejando una cálida sensación en el pecho.

La carta que aun sostenía entre sus blancas e inocentes manos, había sido escrita con cierto impaciente nerviosismo, lo imaginó temblar y sonreírle como hacia en ciertas oportunidades, volvió a doblar el único pliegue de papel blanco y lo llevó al corazón.

Había amanecido desde hace muy poco para ambos, la tenue luz que se filtraba por la ventana los acariciaba cálidamente, el buscò su mano y la encontró, los dedos se entrelazaron no haciendo más que confirmar la tinta azul.

Se miraron largo rato; las locuaces miradas decían mucho más que cualquier otra palabra inventada por el hombre, confesaban todo aquello que en el corazón tenian el uno por la otra y todo esto a una velocidad irreal, acelerada.

Fuera de la habitación hoy el sol iluminaba sobre  una playa, la densa espuma cubría la arena de aquel hermoso desierto, lo hacía sin titubear recordando el milenario compromiso a esa tierra que recubría y daba vida, “He regresado de un sueño en el que vivía sin ti” le dijo el de pronto cuando salían, ella lo observó con curiosidad despreocupada, dueña de el; “ En el sueño te buscaba aunque no supiera si existías, las paredes del lugar se agrietaban y todo se desmoronaba en un ruin y caótico musical, aun seguía de pié al final; impasible, indiferente”.


Ambos opinaron que era una linda mañana, el horizonte parecía mucho más cercano, aves sacudían las alas al viento.




El Mitòmano


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1 comentario:

Valery dijo...

Acabo de encontrar tu blog. Inspiras mucho con tus palabras :)

Hace mucho no leia cosas asi,gracias!

Valery